Las semillas siempre deben seleccionarse en el campo de cultivo, tomándolas de plantas totalmente sanas y, dentro de éstas, de frutos sanos, perfectamente conformados y de buen calibre. Es conveniente realizar un tratamiento de desinfección de la semilla unos días antes de proceder a la siembra del semillero. El método más recomendado es la desinfección con hipoclorito sódico o lejía, ya que reduce los niveles de contaminación por hongos y bacterias en la semilla.